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Europa es un potencia en turismo, cultura, energía, aeronáutica, ciencia y tecnología. Debemos aprovechar el prestigio de la marca europea para relocalizar empleos en Europa que requieran mano de obra y sean sostenibles. Propongo una lenta transición hacia un nuevo modelo económico basado en la creación de empleo y la estabilización del crecimiento.
 
Una relativa independencia de los vaivenes del mercado en sectores estratégicos permitiría una estabilidad para las europeas y los europeos. Propongo varios puntos básicos, clásicos en programas electorales de la izquierda ecologista:
 
  • Una des-internacionalización de las rutas comerciales de productos básicos y un retorno a la agricultura sostenible. Los europeos tenemos que volver a poseer el control de nuestra cadena alimentaria y favorecer la producción local, o en el caso que no sea posible, la colaboración entre europeos. Establecer un ratio de demanda interna cubierta por producción interna.
  • Es aún más urgente recuperar puestos de trabajo del sector productivo. Los investigadores, obreros de fábrica y otros puestos del sector secundario crean más puestos de trabajos asociados que ningún otro sector. Es por tanto fundamental invertir y promover cooperativas industriales de ámbito europeo y crear puestos de investigación que atraigan a las elites mundiales.
  • Es necesario regular aspectos que afectan a la investigación científica y adaptar la legislación europea a los nuevos tiempos. La investigación con transgénicos, células madres y células embrionarias no puede ser cortada completamente por la autoridades y debe permitirse en territorio europeo. Propongo crear un banco de transgénicos alimentario público que corte el acceso de multinacionales y que a la vez investigue las propiedades de las variedades tradicionales.
  • Una reordenación de las finanzas europeas. Limitar el acceso de los grandes bancos al mercado para evitar monopolios que puedan hacer caer de nuevo la economía europea. Fijar objetivos de creación de empleo y PIB per cápita para la devolución de los créditos al BCE.
  • Establecer el 0.5% del presupuesto a la colaboración al desarrollo en los países más pobres con garantías de democracia.

Un desarrollo económico post-crisis que saque lo mejor de nosotros​

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