Juanma García

 

Europa es un continente aparentemente dividido. Lo que ha unido a la Europa de hoy en día es la democracia social, y la voluntad de sus pueblos de cooperar después de tantos años de guerra y de nacionalismos y estos valores deben ser los que muevan a Europa al siguiente nivel. La integración europea es uno de los fenómenos socio-políticos más importantes de este siglo, y nos brinda la oportunidad de superar nuestra crisis interna caminando hacia un futuro común.  Las prestaciones sociales, los derechos laborales, y las libertades individuales son tres pilares de la Europa del pasado y lo deben ser de la Europa del futuro. La crisis ha disparado claramente las desigualdades que ya estaban aumentando en Europa desde el final de la Guerra Fría. No se puede construir una Europa con desigualdades.

 

Por ello, la UE debe tomar parte en problemas que afectan a la cohesión social:

 

• Intervenir en las desigualdades sociales: limitar el ratio salarial entre los empleados de una misma empresa y los índices de pobreza dentro de la UE.

• Carta universal de prestaciones sociales para la ciudadanía europea.

• Igualdad entre los ciudadanos de todos los países de la UE y libertad de circulación por todo el territorio Europeo

 

Esto ayudara a remediar uno de los problemas que más afecta a la Unión Europea: su conexión con la ciudadanía de pada estado miembro. La UE toma partido en asuntos cotidianos de nuestras vidas, pero muy poca gente en la calle conoce quienes son los dirigentes de Europa. El Parlamento Europeo parece el hogar de jubilación de políticos desgastados para muchos partidos de nuestro entorno. Si los ciudadanos ven que la UE solo sale en las noticias cuando hablamos del rescate, no tomaran parte del proyecto europeo y afloraran los nacionalismos que tanto daño ya han causado a Europa.

 

La democracia participativa de la que Izquierda Abierta es vanguardia debe ser una de las banderas de este proceso que deberá devolver la política a las manos de los ciudadanas y ciudadanos.

 

 

 

Crear una identidad europea

 

El programa Erasmus ha supuesto sin duda el proyecto con más impacto positivo en la integración europea. Es el programa de intercambio de estudiantes más grande del mundo, del cual España es el mayor recipiente.
Ir de Erasmus ha supuesto para muchos estudiantes abrir los ojos y descubrir la realidad de Europa. No podremos negar que no puede haber integración política sin una integración social. El objetivo es pues, crear una sociedad europea y luchar contra los nacionalismos, uno de los primeros objetivos de la izquierda europea en sus orígenes...

Los programas de intercambio no terminan aquí, y actualmente el programa Erasmus se integra dentro de la Organismo Autónomo de Programas Educativos Europeos (OAPEE) que coordina y financia intercambio de profesionales, profesores, investigadores, empresas...

Hay diversas iniciativas ciudadanas como fraternité2020 (http://es.fraternite2020.eu/) que impulsan un aumento del presupuesto en programas de movilidad.

Mi propuesta es aumentar ese presupuesto hasta el 3% propuesto y reforzar la independencia del organismo europeo en cuestión. ¿Para qué tener de intermediarios a los respectivos estados?
La dependencia de los programas europeos de cada estado hace que haya desigualdades entre los alumnos y profesionales europeos que participan en estos programas de diferentes países y nos arriesgamos a casos de mala gestión como ha pasado con mucha de la financiación europea.

Identificando directamente estos programas con un organismo europeo, se refuerza en lso ciudadanos la idea de la UE como actor activo y autónomo en la sociedad europea.